¿A qué se denomina «flujo de aire direccional»? ¿Cómo y dónde debería usarse?
El flujo de aire direccional es un concepto de ventilación protectora por el que el movimiento del aire fluye desde la dirección limpia a la dirección menos limpia. Este concepto de ventilación se aplica a áreas donde el ambiente «limpio» requiere un mayor nivel de protección y/o donde el ambiente «menos limpio» tiene un mayor riesgo de contener contaminantes transportados por el aire (actividades u ocupación por parte de personas con mayor riesgo de ser infecciosas). Algunos ejemplos de espacios «limpios» pueden incluir estaciones de triaje en establecimientos de atención médica o habitaciones/pasillos adyacentes a actividades de mayor riesgo. Algunos ejemplos de espacios «menos limpios» podrían incluir espacios que contienen personas con una infección conocida/presunta o espacios donde una actividad conocida tiene una mayor probabilidad de generar partículas infecciosas transportadas por el aire.
Es posible crear un flujo de aire direccional dentro de un espacio particular o entre dos espacios adyacentes. Esto puede llevarse a cabo de forma pasiva mediante la colocación intencional de rejillas de suministro y extracción de calefacción, ventilación y aire acondicionado (HVAC) o mediante la creación intencional de diferenciales de presión entre espacios adyacentes a través de la especificación de caudales de escape de compensación y aire de suministro. La creación del flujo de aire direccional también puede lograrse de forma activa a través del uso de ventiladores que extraen el aire a través de las ventanas abiertas, la ubicación estratégica de conductos conectados a unidades portátiles de filtración HEPA, o sistemas de extracción de uso exclusivo (instalados o portátiles) que generan el flujo de aire deseado al expulsar el aire por las ventanas, puertas o a través de conductos temporales. En entornos específicos, también pueden usarse las intervenciones especializadas de ventilación de control local que establecen las direcciones deseadas del flujo de aire (vea Cabeceras ventiladas del NIOSH).
Los flujos de aire direccionales deben evaluarse cuidadosamente. Las pruebas de eficacia del flujo de aire direccional se pueden realizar mediante el uso de técnicas de trazadores visuales que utilizan «tubos de humo» o «generadores de niebla» portátiles. También se pueden emplear otras herramientas, como monitores electrónicos o ayudas visuales para monitorear las diferencias de presión, al establecer el flujo de aire direccional entre dos espacios adyacentes. Para reducir la posibilidad de direccionar el flujo de aire desde ocupantes infecciosos de un espacio a ocupantes no infecciosos de otro espacio, es importante que se establezcan las determinaciones de espacios «limpios» y «menos limpios» mediante el uso de las consideraciones de evaluación de riesgos para el control de infecciones.